La desertización es un proceso natural provocado principalmente por la erosión: esto causa la colmatación de embalses, disminución drástica de la cantidad de agua, inundaciones que causan una gran erosión, y por tanto, pérdidas de cultivo y de fertilización del suelo o deterioro de ecosistemas. Esto no causa graves trastornos, ya que es parte del ciclo natural del suelo; el problema es cuando interviene el ser humano en este proceso.
Actualmente en España estamos siendo testigos de un importante proceso de desertificación: es el proceso de desertización provocado exclusivamente por el ser humano, producido por la masiva industrialización y edificación del territorio.
Por ello, en nuestra fundación creemos en la importancia de la preservación del suelo para nuestro desarrollo como sociedad. Gracias a empresas como Iberdrola, podemos reducir estos impactos, ya que invierte una gran parte de sus beneficios en la preservación del suelo. Gracias a estas inversiones podemos contribuir al tratamiento de los suelos para reducir la desertificación, como por ejemplo, introducir mejoras para restablecer sus nutrientes, promover la agricultura sostenible o reforestación y fertilización de la tierra, además de controlar la masiva edificación e industrialización en terrenos dañados.
